Sabiduría de Dios Equipando al pueblo de Dios con entendimiento

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Mis Mensajes al Mundo

Hoy compartiré lo que enseñan las escrituras sobre la homosexualidad y la moralidad sexual en general, porque muchas personas me han preguntado, después de leer sobre mi publicación sobre el transgenerismo ayer. La Toráh es bastante clara en el tema de la homosexualidad y ordena, “un hombre no se acostará con un hombre como lo hace con una mujer”. Por lo tanto, Dios prohíbe la homosexualidad. Es un acto castigable con la muerte, “ciertamente serán condenados a la muerte”. Es por eso que en el pasado Dios destruyó a Sodoma, no solo porque ignoraron a los pobres, sino también porque eran homosexuales. Incluso intentaron violar a los ángeles varones que entraron en la ciudad para observar todo lo que hacían. Y una vez que los ángeles confirmaron que el pecado y la homosexualidad proliferaban entre ellos, trajeron destrucción sobre toda la ciudad. Solo Lot y su familia fueron rápidamente evacuados de la ciudad y se salvaron. Entonces, ¿por qué Dios prohíbe la homosexualidad? Así como Dios dio a su propia creación mandatos de no robarle unos a otros, de no mentirle unos a otros y de no asesinarse unos a otros, para que nosotros, como su creación, podamos estar todos en armonía unos con otros, también dio mandatos a su creación con respecto a nuestros propios cuerpos que fueron hechos en su representación, para que también podamos estar en armonía con nuestros propios cuerpos hechos en su imagen. Y aunque nuestros cuerpos nos son asignados, esencialmente le pertenecen es a Dios, porque él los creó, por lo tanto él tiene derecho a dar órdenes sobre lo que podemos hacer con nuestros propios cuerpos. No podemos hacer lo que se nos de la gana con los demás, ni tampoco con nuestros propios cuerpo. Y al crear nuestros cuerpos, nos dio la habilidad de tener sexo y, a través del sexo, lograr un tremendo placer y, lo que es más importante, la reproducción, lo cual trae existencia a nuevos humanos. Y junto con este alto regalo que le dio a la humanidad, Dios también estableció parámetros para el sexo, según su intención. No es que quisiera impedir que tuviéramos sexo, pero quería regular el sexo, para que fuera seguro, armonioso, bueno y placentero para nosotros. Si a un hombre se le regala un vehículo, que es una forma conveniente y placentera de llegar a lugares distantes, también debe considerar las leyes viales que acompañan este regalo, que se establecen para que la conducción de vehículos sea segura y armoniosa para todos. Un vehículo tiene un alto costo y también puede causar mucho daño si se usa incorrectamente. ¿Qué sucede si alguien no obedece las luces rojas o las señales de alto o conduce demasiado rápido o no tiene luces de freno? Los accidentes y las muertes suceden. Todo lo que Dios ordena es bueno y armonioso para nosotros, y él quería que tuviéramos sexo y lo disfrutáramos, dentro de los límites de sus parámetros, por supuesto, porque el sexo incorrecto también puede traer mucho daño. Todas las violaciones de estos parámetros del sexo son castigables con la muerte. Dios primero hizo el cuerpo del hombre, luego hizo el cuerpo de la mujer. Este es el parámetro uno para el sexo, que tiene que ser entre un hombre y una mujer. Por eso, cuando un hombre llega al orgasmo, libera semen, que las escrituras llaman “semilla”. Esta “semilla” tiene espermatozoides destinados a impregnar el cuerpo de una mujer. El cuerpo de un hombre es, por lo tanto, la contraparte sexual del cuerpo de una mujer. El pene de un hombre va dentro de la vagina de una mujer. Es biología básica y cómo Dios quiso que sucediera el sexo. ¿Qué sucede típicamente cuando violas el parámetro uno de sexo? Enfermedad. Es por eso que actos como la bestialidad, la necrofilia y la homosexualidad también están asociados con muchas enfermedades, porque estos actos son contra la naturaleza. Cuando un hombre se une a un animal, los gérmenes que se encuentran naturalmente en el animal entran en el cuerpo de un hombre, trayendo enfermedades al cuerpo del hombre. Estos dos son biológicamente incompatibles. No es bueno para nuestro cuerpo humano. Lo mismo con la necrofilia, que aunque es un cuerpo humano, está en estado de muerte, que tiene gérmenes asociados a un cuerpo muerto, que luego entran al cuerpo de una persona que se une a ese cuerpo. Estos dos son biológicamente incompatibles. Cuando un hombre se junta con otro hombre, los gérmenes que se encuentran naturalmente en el ano, que se hizo para la defecación, ingresan al cuerpo del hombre a través de la uretra del pene o la garganta de la boca, trayendo parásitos, bacterias y hongos y viruses en áreas del cuerpo donde estos gérmenes no deberían estar. Estos dos son biológicamente incompatibles. Y aunque ambos son humanos, no son contrapartes sexuales. Estos actos no son buenos para nuestros cuerpos, porque no era la intención de Dios sexualmente para nuestros cuerpos. La homosexualidad es contra la naturaleza. Algunos podrían decir, bueno, hay animales que tienen comportamientos homosexuales, por lo tanto, la homosexualidad es natural. ¿Acaso los cangrejos no se comen sus propias crías? ¿Deberíamos, por tanto, nosotros también comer a nuestros propios hijos? No. No somos animales, fuimos creados en la representación de Dios y, a diferencia de los animales, tenemos órdenes que fueron dados específicamente con respecto al sexo y somos las únicas criaturas en la tierra que pueden entender estas órdenes. La masturbación, sin embargo, no trae enfermedad, ya que no hay unión entre dos cuerpos biológicamente incompatibles. Pero no deja de ser un acto contra la naturaleza, porque se desperdicia “semilla” que fue hecha para impregnar el cuerpo de una mujer. Por eso, según la Toráh, Dios mató a Onán, porque cuando tuvo relaciones sexuales impidió la concepción a la antigua manera, sacando y eyaculando su semilla fuera de la vagina de la mujer. El parámetro dos del sexo es que la concepción no se puede prevenir. Un hombre tiene que eyacular dentro de la vagina de una mujer y no impedir la concepción de ninguna manera. Por lo tanto, están prohibidos los condones, las esterilizaciones, las píldoras anticonceptivas y la eyaculación fuera de la vagina. Y la masturbación en sí también está prohibida. No siempre ocurrirá la concepción cuando un hombre eyacula dentro de una mujer, pero eso no nos corresponde a nosotros determinarlo, porque eso lo determina Dios. Por eso el sexo entre una pareja mayor que ya no puede concebir no es pecado, siempre y cuando el sexo se siga practicando sin impedir la concepción. Y luego Dios es quien determina si la concepción ocurre o no. Y si han ocurrido sorpresas con las parejas mayores en la historia, como hemos visto en la Toráh, con Sara por ejemplo, que era muy mayor cuando nació Isaac. El tercer parámetro del sexo es que solo está permitido en el contexto del matrimonio. El matrimonio fue establecido por Dios al principio de la creación, cuando trajo a Eva a Adán para que fuera su esposa. Por eso el matrimonio es puesto-aparte, porque fue establecido por Dios. Es una unión especial entre un hombre y una mujer, que siempre, mientras vivan, se amarán y estarán juntos en las buenas y en las malas y solo tendrán sexo entre ellos. Es una unión perfecta, hermosa y armoniosa que también concuerda con la biología. Pero, ¿qué sucede cuando un hombre tiene relaciones sexuales con una mujer, luego con otra, luego con otra, y también les nacen hijos a esas mujeres? Enfermedad y niños sin padre. Entonces, aunque el sexo ha ocurrido correctamente entre un hombre y una mujer, ha violado el parámetro tres, que es el sexo fuera del matrimonio. De hecho, la promiscuidad trae enfermedades, porque un hombre recibe constantemente los gérmenes de una nueva persona cada vez. Y como todo el mundo tiene sexo con todo el mundo constantemente, más y más enfermedades se propagan entre la población, que de otro modo serían contenidas si todo el mundo tuviera sexo con su único cónyuge de por vida. Y los niños sin padre son niños que sufren, porque un niño necesita tanto de una madre como de un padre. Una madre alimenta biológicamente a sus bebés con leche y los cría, y un padre provee a toda la familia. Pero cuando falta alguno de los padres, la familia sufre. Esta es una de las razones por qué Dios restringió el sexo bajo el contexto del matrimonio únicamente, no solo para darle al hombre un ayudante y compañero de vida, sino también para proteger a los hijos que surgirán de la unión sexual natural de ambos. Por eso todo lo que Dios manda es bueno y armonioso para nosotros. Pero cuando violamos estos parámetros, entonces viene la enfermedad, el desorden y la infelicidad. Dios ni siquiera necesita castigarnos por violar sus mandamientos, nosotros nos castigamos a nosotros mismos por los malos resultados que vienen de nuestras propias acciones que son contrarias al orden natural que Dios ha establecido. El parámetro cuatro del sexo es que una vez casado, no puedes tener sexo con nadie más, lo cual es adulterio. Cuando alguien es infiel a su cónyuge, ha roto su promesa, lo que a su vez trae sufrimiento e infelicidad y en muchos casos también enfermedad. El parámetro cinco del sexo es que no se puede tener con miembros de tu propia familia, lo cual es incesto. Está prohibido el sexo con hermanas, padres, tías, abuelos y cualquier persona superior en la jerarquía o casada con estos. Incluso el simple hecho de ver la desnudez de estos está prohibido. Sin embargo, se permite el matrimonio entre primos, porque estos no están tan cercanamente relacionados como los anteriores. Dios estableció este parámetro para segregar la relación entre personas cercanamente relacionadas y que sea solo familiar. El incesto trae conflicto, porque una relación sexual entra en conflicto con una relación familiar. Una madre no debe tener relaciones sexuales con su hijo. Esto es un conflicto. El parámetro seis del sexo es que no se puede hacer mientras una mujer está menstruando. La sangre es considerada puesta-aparte en la Toráh, porque en ella existe el alma de cualquier criatura viviente, tanto de los animales como de la humanidad. Entonces, no solo se nos ordena no comer sangre, sino también no tener relaciones sexuales con una mujer mientras su “fuente de sangre” esté activa. La Toráh ordena que se purifique durante 7 días. Por lo tanto un hombre tiene que esperar 7 días para volver a tener sexo con ella. La violación de este parámetro es castigable con la muerte. Y el parámetro siete es que el sexo no se puede hacer en días de purificación. La menstruación tiene un tiempo de purificación de 7 días. Sin embargo, cuando una mujer da a luz, lo cual obviamente también implica la emisión de sangre, hay un tiempo de purificación de 40 días si nace un niño, o de 80 días si nace una niña. El sexo está prohibido durante este tiempo también. Y cuando un hombre eyacula dentro de una mujer, hay un tiempo de purificación de 1 día. Una vez que se bañen con agua, volverán a estar limpios por la noche, que es el día siguiente en la Toráh. Y luego pueden tener relaciones sexuales otra vez. Así que el sexo se limita a una vez al día. Esto es lo que la Toráh enseña sobre la sexualidad.

Sobre el autór

Christian Gaviria Alvarez

Un profesor de justicia basado en la Toráh de Dios, a través de la creencia en Yeshua HaMashiaj. Criado como un gentil a través de la dispersión de las doce tribus de Israel entre las naciones, pero un descendiente de Abraham a través de ancestros sefardíes judíos de la tribu de Judá. Nacido en la Florida, Estados Unidos de América. Actualmente viviendo en Medellín, Colombia. Como profesión un desarrollador de software. Esperando la segunda venida de Yeshua en el 2026 DC, que será precisamente el año 6.000 desde la creación y también precisamente 2.000 años desde la unción de Yeshua en el 26 DC. 2026 DC será 6000 YB, y el año de Yovel 120. Estableciendo una asamblea en Medellín en preparación para la segunda venida de Yeshua. Enseñando obediencia a la Toráh de Moisés y la creencia en Yeshua, dando buenos frutos al dar a los pobres y hacer buenas obras y compartir con los demás creyentes, demostrando humildad mediante el ayuno seco absoluto y no buscar la riqueza y estar contento con lo que tienes actualmente, quitando la marca de la bestia del Apocalipsis al deshacerse de todo dinero de papel y dinero fiduciario, y obteniendo la perfección al recibir el airesoplo de Dios a través del nuevo pacto de Yeshua. Todos los que hagan estas cosas perfectamente recibirán inmortalidad y glorificación y exaltación y autoridad para reinar sobre las naciones de la tierra durante 1.000 años como la representación de Dios, al regreso de Yeshua.

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