Mis Mensajes al Mundo
El dicho, “todos los caminos conducen a Roma”, es cierto. Porque todos los bancos centrales del mundo se rastrean clandestinamente a un solo banco, el Banco del Vaticano, en la Ciudad del Vaticano, en Roma. La Ciudad del Vaticano, en Roma, es la verdadera prostituta de la Babilonia del Apocalipsis, que reina sobre todas las ciudades del mundo, a través de un sistema financiero global del que ella es la cabeza. Según el libro del Apocalipsis, alrededor de 6 meses antes del regreso de Yeshua, la Ciudad del Vaticano será destruida por 10 naciones. Su destrucción causará el colapso del sistema financiero mundial y todas los dineros fiduciarios del mundo entrarán en un estado de hiperinflación. Nadie podrá comprar y vender. No habrá comida ni agua. Habrá disturbios y saqueos en el mundo. Los mercados estarán vacíos. Esto es lo que le espera al mundo dentro de 4 años.
Mira a toda la gente que te rodea. En 4 años es muy probable que todos estarán muertos. Incluso tú que lees esto probablemente también estarás muerto. En 4 años la mayor parte de la humanidad va a morir. El mundo va a ser reducido a muy pocas personas. Sólo 144.000 han sido elegidos para heredar la tierra. Y aparte de estos, solo un remanente muy pequeño entre las naciones ha sido designado para sobrevivir a los eventos que pronto se propagarán en el mundo. La humanidad ha traído esta destrucción sobre sí misma, porque todos han desechado los mandamientos de Dios. A nadie le importa. Nadie cree. Nadie busca la obediencia perfecta a los mandamientos de la Toráh de Moisés. Nadie está dispuesto a renunciar al mal del dinero fiduciario. Entonces, así como Dios aniquiló a casi toda la humanidad con un diluvio global severo en los tiempos de Noé, de la misma manera Dios nuevamente casi aniquilará a toda la humanidad con 7 plagas severas, luego el juicio y luego la aniquilación en lava. Aun así, mientras todavía haya aliento en nuestros pulmones, todos todavía tenemos la oportunidad de estar entre los salvos. Si escuchamos. Si creemos. Si obedecemos. Si nos preparamos. ¿Pero lo haremos? Pronto será evidente quién lo hizo y quién no.