Mis Mensajes al Mundo
Después de llegar a la obediencia perfecta a los mandamientos de la Toráh, tenemos que entrar en el nuevo pacto de Yeshua comiendo el pan que representa su carne y bebiendo el vino que representa su sangre, dando gracias por estos elementos en el nombre de Yeshua. Comer esta cena es obligatorio, y sin ella simplemente no podemos ser salvos. Una vez que participamos en esta puesta-aparte cena, no podemos pecar nunca más, de lo contrario, corremos el riesgo de no ser perdonados nunca, o incluso de morir. Es extremadamente serio, y si no hemos eliminado todos los pecados, simplemente es mejor no participar en esta cena, de lo contrario traemos juicio sobre nosotros mismos. Después de que comamos y bebamos esto, luego Dios enviará un ángel que se transformará en un cuerpo eólico y descenderá del cielo y entrará en nuestro cuerpo por las fosas nasales y habitará en nuestro cuerpo hasta nuestro último día en estos cuerpos temporales. Esta es la “unción”, o lo que típicamente se llama el “bautismo del espíritu santo”. Una vez dentro de nosotros, el airesoplo nos hablará y nos guiará y cortará el último remanente de pecado en la mente interna, y también nos otorgará poder para profetizar y realizar señales y milagros y hablar en idiomas desconocidos. Nos perfecciona, interiormente, una vez que él circuncide nuestra mente interior. Él es también nuestra garantía de que seremos salvos al regreso de Yeshua. Sin esta unción no podemos heredar el reino de Dios. Y es imposible pecar una vez que lo recibimos, porque somos libres del pecado una vez que él entra en nuestro cuerpo. Pero si pecamos, es imperdonable. Entonces, entienda el camino que todos tenemos que tomar para entrar en el reino de Dios y sus implicaciones. Si no estás dispuesto a ir en el camino entero hacia la obediencia perfecta a los mandamientos de Dios, e incluso so no estás dispuesto a morir por la justicia, entonces no lo intentes, sino simplemente disfruta de tu pecado por los años que te quedan. Sé caliente, o se frío. Pero no seas tibio, o Dios te vomitará. En el tiempo actual también tenemos que deshacernos de todo dinero fiduciario y renunciar a ella de una vez por todas, además de obedecer todos los mandamientos de la Toráh, para recibir la unción de Dios. Cualquiera que no renuncie al dinero no recibirá la unción de Dios y por lo tanto no se salvará.