Mis Mensajes al Mundo
Ayer cerré mi negocio, poniendo fin a un lapso de 3 años de duro trabajo. Estoy vendiendo todos mis muebles de oficina y desocupo la oficina. Este año hubiera sido el 4to año de trabajo, desde el tiempo que viví en el centro de Medellín por poco tiempo. Ahora ha llegado el tiempo de que salga del sistema financiero, deshaciéndome de todo dinero fiduciario y entrando en perfecta obediencia a los mandamientos de Dios. Me pongo aparte, para recibir la unción de Dios. Ayer he cancelado todos mis contratos restantes, enviando correos electrónicos a las empresas explicando por qué. Todos se sorprendieron, pero aceptaron mi renuncia, sin mayor objeción. Sin embargo, el presidente de una empresa me pidió que me quedara. Él cree en mi causa. Y me ofreció pagarme en comida, y enviármela a Colombia. Esto es increíble. Este es el favor de Dios. Dios me dejó con un contrato dispuesto a pagarme con comida. La cantidad de comida que puede provenir de un solo contrato posiblemente sea más de lo que puedo almacenar en mi casa. Tal vez también pueda almacenarse en otras casas de la ciudad, para el beneficio de otros creyentes también, mientras que el mundo comienza a declinar y la comida comienza a agotarse.