Mis Mensajes al Mundo
Escuchen todos ustedes que aman tatuarse el cuerpo y les encanta modificarlo con cirugía plástica. Dios odia esto. Por eso está escrito: “no te pondrás tatuajes”. Levítico 19:28. La palabra hebrea traducida como “tatuaje” es “qaaqa”, que significa una marca profunda que se hace con una incisión para que sea permanente. Dios no quiere que hagamos cambios permanentes en nuestros cuerpos, porque nuestros cuerpos fueron hechos perfectos en la representación de Dios. Nuestros cuerpos son puestos-apartes. Nuestros cuerpos son templos sagrados. Por lo tanto, es prohibido poner tatuajes permanentes en el cuerpo y también es prohibido modificar permanentemente el cuerpo con cirugía plástica. Los tatuajes lavables y los cosméticos lavables están bien. Pero hacer un cambio permanente en tu cuerpo es un pecado contra tu propio cuerpo, por eso muchos tatuajes resultan en infecciones y muerte, así como también lo es con cirugías plásticas, porque estos actos van en contra de la naturaleza del cuerpo. Y muchas cirugías plásticas también tienen resultados desagradables y fallidos, convirtiendo a personas que antes eran hermosas en monstruos de apariencia ridícula. Todas las cirugías plásticas lucen antinaturales, son feas y no son tan hermosas como lo natural, porque lo que es natural y hecho por Dios siempre será mejor y más hermoso que lo que los médicos intentan cortar y remodelar para tratar de hacer que una parte del cuerpo imite algo que no es. Deja de intentar ser algo que no eres. Deja de intentar fingir que tu cuerpo no envejece, sino mas bien envejece con dignidad. Deja de tinturarte el cabello y aprender a amar el cabello gris. Deja de conformarte a un ideal físico que la sociedad ha establecido como “bello”. En la antigüedad, en ciertas sociedades, las mujeres usaban collarines para alargar el cuello y también se vendaban los pies para hacerlos más pequeños, para tratar de conformarse a los ideales físicos de belleza de su época, pero hacían estas cosas a su propio detrimento porque perdieron su salud. Lo mismo ocurre hoy en día, con personas que se someten a cirugías plásticas para hacer que sus cuerpos se conformen a los ideales físicos de belleza de nuestra sociedad actual, lo cual resulta en daño a sus propios cuerpos. Los hombres se enderezan el puente de la nariz porque las narices torcidas son percibidas como feas. Sin embargo, las narices torcidas son hermosas y son un rasgo único de la cara. Las mujeres se ponen implantes de senos porque los senos pequeños son percibidos como feos. Sus senos modificados terminan pareciendo ser grandes pelotas antinaturales. Las mujeres se ponen implantes de nalgas porque las nalgas pequeñas son percibidos como feos. Sus nalgas modificados se terminan viendo raros y deformados. Y la gente se inyecta el veneno del botulismo en la cara para tratar de parecer más joven y sin arrugas, sin darse cuenta de que este veneno destruye los nervios de la cara, de modo que al no tener movimientos y expresiones faciales la cara no muestra sus arrugas y líneas. Esto es una locura, quitar la belleza de poder expresar emociones en la cara sólo para no mostrar arrugas y parecer más joven. Y la lista continúa con todos los tipos de cirugías plásticas que realiza la gente hoy en día. Y los cirujanos plásticos cobran grandes cantidades de dinero por estos procedimientos, y las celebridades y los ricos que pueden pagarlos los hacen, de tal manera haciendo pensar al resto del mundo que estos procedimientos son algo que todos también deberían hacer. Y ahora hoy los hombres están tratando de convertirse en mujeres, y las mujeres están tratando de convertirse en hombres, quirúrgicamente. Y después, muchas personas transgénero se arrepienten de haber elegido cambiar sus cuerpos, porque lo que han hecho nunca será tan bueno como lo que es natural. Deja de hacer todo esto. Deja de hacerte daño. Deja de enseñar a otros y a los niños que está bien cambiar su cuerpo. Deja de hacer un ideal de la belleza física y más bien ve la belleza en todo lo natural que Dios ha hecho. Deja de intentar hacer que tu cuerpo se parezca físicamente a la de otras personas y aprende a amar la forma única que Dios te ha creado. No dejes que la gente te haga sentir triste por tu apariencia, sino más bien vive feliz con tu apariencia y agradece a Dios por tu cuerpo y todas sus partes que él creó perfectamente para hacerte tan único como lo eres en su creación.